Fariseo

Gustave Doré. El fariseo y el Publicano

Resulta, muy oportuno citar ahora aquella parábola de Jesús el Gran KABIR, acerca de los dos hombres que oraban. Fue dicha a unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros.

Jesús el Cristo, dijo: "Dos hombres subieron al Templo a orar; uno era Fariseo y el otro Publicano. El Fariseo, puesto en pie oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este Publicano; Ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano. Más el Publicano estando lejos, no quería ni alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: "Dios sé propicio a mí, pecador". Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido". (LUCAS XVIII, 10-14)

Empezar a darse cuenta de la propia nadidad y miseria en que nos encontramos, es absolutamente imposible en tanto exista en nosotros el concepto ese del "Más". Ejemplos: Yo soy más justo que aquél, más sabio que fulano, más virtuoso que zutano, más rico, más experto en las cosas de la vida, más casto, más cumplidor de sus deberes, etc., etc., etc.

No es posible pasar a través del ojo de una aguja mientras seamos "ricos", mientras en nosotros exista ese complejo del "Mas".

"Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios".

Todos pensamos que jamás pronunciaríamos aquellas palabras del Fariseo en la parábola bíblica: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres", etc., etc., etc.

Existen extraños momentos en la vida en que la mente sin preocupaciones de ninguna clase reposa. Cuando la mente está quieta, cuando la mente está en silencio adviene entonces lo nuevo.

En tales instantes es posible ver las bases, los fundamentos, sobre los cuales descansamos.

Estando la mente en profundo reposo ulterior, podemos verificar por sí mismos la cruda realidad de esa arena de la vida, sobre la cual edificamos la casa. (Véase Mateo 7 - Versículos 24-25-26-27-28-29; parábola que trata de los dos cimientos).

Samael Aun Weor. Psicología revolucionaria.

LOS HIPOCRITAS FARISEOS

Los Hipócritas Fariseos no-se auto-realizan jamás. Esos son los que se horrorizan cuando ven que alguien come carne o bebe un vaso de vino, lo de fuera del vaso y del plato limpian, más el interior de sus conciencias y de sus mentes, está lleno de rapiña y de maldad.

"Hay de vosotros escribas y fariseos hipócritas que criticáis las tonterías del prójimo, pero que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben”

Conocimos el caso de una dama que criticaba a quien se comía un pedazo de carne o se bebía un vaso de vino, pero tenía dos maridos. Conocimos el caso de un hombre que hablaba dulcemente y repartía bendiciones por doquiera, pero no tenía inconveniente alguno de asesinar a miles de ciudadanos.

"Hay de vosotros fariseos" que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas”

Reclaman dulzura los que traicionan a los pueblos, y critican a los que tratan con la severidad de la ley. Esos son los fariseos que se escandalizan de todo, pero que venden al Cristo por treinta monedas de plata.

Samael Aun Weor. Gnosis en el siglo XX.

Jesús El Gran Kabir advierte a sus discípulos diciéndoles: "Cuidaos de la levadura de los saduceos y de la levadura de los fariseos".

Es ostensible que Jesús El Cristo con esta advertencia se refirió a las doctrinas de los materialistas saduceos y de los hipócritas fariseos.

La doctrina de los saduceos está en la Mente Sensual, es la doctrina de los cinco sentidos.

La doctrina de los fariseos se halla ubicada en la Mente Intermedia, esto es irrefutable, irrebatible.

Es evidente que los fariseos concurren a sus ritos para que se diga de ellos que son buenas personas, para aparentar ante los demás, mas nunca trabajan sobre sí mismos.

La gran rebelión.

TELEMACO el hijo de ULISES encontró en el Reino dé PLUTÓN a millones de hipócritas fariseos, sepulcros blanqueados, fingiendo como siempre amor a la religión, pero llenos de soberbia orgullo.

Samael Aun Weor. Magia de las runas.

Nosotros hemos conocido fariseos que horrorizan. Conocimos uno que vestía la inmaculada túnica del Maestro, su cabello era largo y jamás la navaja cortaba su venerable barba. Este hombre espantaba con su santidad a todo el mundo, era vegetariano en un ciento por ciento, no bebía nada que pudiese tener alcohol, la gente se arrodillaba ante él.

No mencionamos el nombre de este santo de chocolate, sólo nos limitamos a decir que había abandonado a su esposa y a sus hijos, dizque por seguir la senda de la santidad.

Predicaba bellezas y hablaba horrores contra el adulterio y la fornicación, pero en secreto tenía muchas concubinas y proponía a sus devotas conexiones sexuales Anti naturales por vasos no idóneos. Era un santo, sí, ¡un santo de chocolate!.

Así son los fariseos... "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia!".

No coméis carne, no bebéis alcohol, no fumáis... En verdad os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y maldad.

El fariseo, con su falacia del ego, esconde los delitos ante los ojos ajenos y también los esconde de sí mismo.

Samael Aun Weor. Revolución de la dialéctica.


Imagen: El fariseo y el publicano Gustave Doré La Biblia, Nuevo Testamento 1865

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