CAPÍTULO DUODÉCIMO

Hormonas y Vitaminas

El estudio de las hormonas es de mucha importancia y no hay ningún país donde no se dediquen los científicos al estudio detenido de estas substancias tan curiosas. Alemania, sin duda, marcha a la cabeza en estas investigaciones.

Las hormonas son una especie de humores elaborados por las glándulas. La palabra “hormona”, viene del griego “hormao” (excitar) . Interesantes son las glándulas endocrinas que biológicamente, podría decirse, constituyen un sistema nervioso líquido. Las laboriosas investigaciones hechas no han permitido aún llegar a conclusiones definitivas, pero el hecho es que las hormonas constituyen la base de la vida. Del mismo modo que las plantas crecen y obedecen a cierta excitación, se puede decir que tienen hormonas, ya que de otro modo no podrían crecer.

Investigando se encontró una substancia llamada Auxina, del latín “auxere” (agrandar). Esta substancia se encuentra en todos los órganos del crecimiento de las plantas, especialmente en los brotes y en los extremos de las raíces. Ya la hemos indicado al hablar de los rayos mitogenéticos, los rayos del crecimiento (agrandamiento). La base celular de las 12. Hormonas y Vitaminas está activada por estos rayos. Si cortamos los dos extremos de una planta, se detiene su crecimiento, pero basta sumergirla por un momento en eteroxina para que reemprenda inmediatamente su crecimiento.

Esto abrió nuevos horizontes a los agricultores, pues con ello el abono de la tierra sufrirá, posiblemente, grandes cambios. En lugar de nitratos, fosfatos o guano, se producirá eteroxina en grandes cantidades, la cual, convenientemente aplicada, permitirá un inaudito desarrollo de las plantas. Y, para nuestra especialidad, nos favorecerá en grado sumo para el cultivo de plantas medicinales y plantas odoríferas productoras de nuestros perfumes osmoterápicos.

Sin embargo, creemos nosotros que no será necesario este artificio. Karl Utermóhlen ha escrito una interesante obra dedicada a los campesinos de Alemania, en la que recomienda que abonen la tierra con piedra molida de rocas primitivas. Las experiencias prueban que cada partícula de polvo de esa piedra es un acumulador de fuerza solar y, por lo tanto, un magnífico abono. En el cantón de Zurich, de Suiza, hicieron una plantación de árboles frutales y la abonaron solamente con ese polvo de piedra. Desde entonces no volvieron a abonar con estiércol, ni con nitratos. Estudios históricos nos dicen que en China se usó este procedimiento hace miles de años.

Volvamos a nuestro tema.

El sabio doctor Waldschmidt, de Praga, ha publicado últimamente interesantes trabajos sobre hormonas, fermentos y vitaminas. Sabemos que la actividad de los fermentos puede demostrarse fácilmente en un vaso de reacciones en el laboratorio, en tanto que las hormonas sólo actúan en la célula viviente; por otra parte, las vitaminas se diferencian por provenir de las plantas vegetales. Sin embargo, química y biológicamente existe una íntima conexión entre estos tres elementos.

Los fermentos son los productores de reacciones químicas en nuestro organismo; la transformación de grasas, por ejemplo, y albúmina. Vemos que estas substancias se transforman, pero no se destruyen, como decía Liebig en un principio. Los fermentos están unas veces en condiciones activas y otras en condiciones de inactividad. La naturaleza ha creado moléculas grandes que en su actividad son iguales, pero pronto asumen misiones diversas; entonces se forman atómicamente grupos, los llamados grupos activos.

Waldschmidt nos expone un ejemplo muy fácil de comprender:

Para abrir una puerta se requiere una llave, pero la cerradura de nuestro organismo es muy complicada y complicadísima ha de ser la llave, una llave con muchos dientes.

De gran importancia son los fermentos en la digestión y, en general, en el metabolismo, y al descubrir la ciencia las vitaminas, se dijo que no era posible que la naturaleza hubiese hecho esto para evitar o curar estados patológicos; como, por ejemplo, la vitamina C, que cura el escorbuto; la vitamina B, que es el fermento de la respiración, etc. Ahora vemos, pues, que son las vitaminas en sí quienes constituyen los dientes de la complicada llave. Y así podemos decir: sin vitaminas no hay fermentos y sin fermentos no hay hormonas.

Cuando a la llave le falta un diente, no podemos abrir el cerrojo; cuando faltan vitaminas en nuestro organismo no puede haber asimilación ni nutrición; las hormonas no pueden desarrollar su acción impulsora del crecimiento (asimilación y desasimilación) cuando faltan vitaminas. Avitaminosis significa siempre un desarreglo metabólico; por eso debemos tratar siempre de proporcionar vitaminas a nuestro organismo.

Alemania es el país donde los químicos, físicos y médicos-biólogos luchan constantemente para arrancar los secretos a la naturaleza.

Es sabido que la transmisión de excitaciones nerviosas producen no solamente fenómenos eléctricos, sino también procesos químicos. El psicólogo Dale puso una corriente en contacto con la punta de un nervio, que luego irritó (provocó), y con esto pudo confirmar el hecho conocido de que los nervios segregan acetilcolina y adrenalina; por eso diferenciamos nervios colenergéticos y nervios adrenergéticos. Los cirujanos saben que después de una operación solamente vuelven a unirse los nervios secretores de la misma sustancia.

El fisiólogo suizo von Muralt hizo una experiencia muy curiosa: La excitación de un nervio en un solo punto dura solamente una milésima de segundo y las substancias segregadas en tan corto espacio de tiempo se descomponen instantáneamente. Hizo, entonces, que la punta del nervio y la secreción entraran en aire líquido, y de esta forma pudo comprobar la ondulación de la excitación nerviosa y diferenció entre 0,5 hasta 100 metros por segundo. Vio también que los nervios segregaban vitamina B.

Hoy ya conocemos más de veinte vitaminas diferentes y se han determinado en los laboratorios las vitaminas adheridas a las flores.

La rosa tiene muchas vitaminas A, el limón y la pimienta la P, otras flores o vegetales que usamos en Osmoterapia la Y. La vitamina H, tan necesaria para la piel y la I en las flores de chícharos, nos han abierto nuevos horizontes para nuestros estudios.

Decimos nosotros que el cuerpo necesita vitaminas que le vienen del exterior por medio de la alimentación, pero, al mismo tiempo, las produce en su sistema nervioso; recordemos las vitaminas E y D, elaboradas por los nervios epidérmicos, de lo cual hemos hablado en el capítulo anterior. Esto ha sido observado y cuidadosamente estudiado por nosotros y lo hemos aplicado con gran éxito en nuestras curas osmoterapéuticas, y no sólo esto, sino que hemos observado también que el mejor tónico excitante del sistema nervioso para que éste produzca las vitaminas necesarias al cuerpo sano, lo constituyen nuestros perfumes.

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