Capitulo XXIII. Los Malos Impuestos

Todo gobierno necesita sostenerse con los impuestos. Los pueblos tienen que cooperar con el impuesto para sostener al gobierno.

Ningún gobierno podría sostenerse sin los impuestos, sería imposible hacer obras públicas sin los impuestos.

Los gobiernos necesitan de la cooperación de todos los ciudadanos para poder realizar todos sus programas de acción, empero tenemos que reconocer que hay impuestos justos y también impuestos injustos.

Resulta injusto sacar el dinero de las pobres bolsas de los trabajadores para sostener el zanganismo Burócrata que favorece a los ricos.

Los ricos de todos los países de la América Latina en una u otra forma están relacionados con los monopolios de las Grandes Potencias extranjeras.

Estas potencias dominan totalmente la Minería, el Algodón, el Café, Maderas, Azúcar, Frutas, Petróleo, etc., etc.

Es también sabido, que los ricos suelen dominar indirectamente por medio de inversiones, empréstitos, créditos, compra de valores y certificados de participación, industria de transformación, transportes terrestres, aéreos, marítimos, sociedades de seguros, etc.

Los millonarios extranjeros obtienen beneficios extraordinarios de las empresas de los estados que gobiernan a los países subdesarrollados.

El capital de los gobiernos en cuestión de intereses siempre garantiza enormes intereses de los préstamos, pagos de certificados de participación o bonos que expiden esas empresas del Estado, a favor de los poderosos millonarios extranjeros.

Las grandes potencias controlan totalmente toda la vida económica de los países Subdesarrollados.

Los ricos esclavizan a los pobres trabajadores y los explotan miserablemente con apoyo total de los gobiernos vendidos a las potencias extranjeras.

Los ricos nacionales y los ricos extranjeros apoyan mutuamente y saben muy bien qué es lo que hay que hacer en cada caso.

Detrás de los verdaderos y legítimos Gobiernos Nominales, están los amos nacionales y extranjeros, las grandes sociedades anónimas, los poderosos del petróleo, etc., etc.

Ciertas potencias extranjeras eligen en secreto el candidato a la presidencia que mejor les conviene, en cada uno de los países Subdesarrollados, y los pobres pueblos van a las urnas inocentemente, engañados por los líderes asalariados de la Política local.

Los ricos apoyan al estado porque les conviene el estado, ellos saben muy bien que sin el apoyo del estado no podrían explotar a los infelices trabajadores.

Los ricos han metido dentro del aparato burocrático o mejor dijéramos, dentro de la colmena burocrática, ciertos zánganos que no producen y sí consumen y perjudican.

Lo más grave es que dichos zánganos son alimentados y sostenidos en sus puestos con el dinero de los pobres trabajadores.

Resulta injusto saquear las bolsas de los pobres trabajadores para sostener el zanganismo burocrático. Si los ricos necesitan de tales zánganos, que ellos mismos los paguen con su dinero.

Los trabajadores no tienen porque sostener con el dinero de su trabajo a dichos zánganos que en nada los benefician y en mucho los perjudican.

Sacar impuestos de entre las bolsas de los infelices, para sostener zánganos inútiles, es realmente un delito.

IMPUESTOS INDIRECTOS

Estos se aplican a todo lo que tienen que comprar o pagar los trabajadores: cerillos, limonadas, pasajes, telas, zapatos, verduras, frutas, leche, medicinas, alquiler de la casa, luz, agua, teléfono, etc., etc., etc.

Un gran porcentaje de los ingresos del gobierno proviene de estos injustos impuestos, este hecho es el mismo en todos los países de la América latina.

Estos son los impuestos “al comercio y a la industria”, “o a los derechos, productos o aprovechamiento”. Los pobres trabajadores son los que tienen que pagar dichos impuestos para sostener a los zánganos de la colmena burocrática.

IMPUESTOS DIRECTOS

El crimen más espantoso contra los pobres trabajadores es gravarles sus salarios, sueldos, honorarios, etc., en porcentajes que van elevándose cada año y que reducen el nivel de vida de los obreros del músculo y de la inteligencia.

El dinero que sale de las bolsas de los pobres trabajadores, sirve para malos fines, para sostener a los zánganos del aparato burocrático.

Los pobres trabajadores, los hombres del arado, los que trabajan en las vías públicas, los infelices que barren las calles, etc., etc., etc., no pueden mandar sus hijos a las universidades porque hasta las becas son para los hijos de los poderosos.

En cambio si se les quita, se les gravan sus salarios, se les grava todo, para sostener a los zánganos de la colmena burocrática, que no sólo perjudican al pueblo, sino que además desacreditan a toda la colmena burocrática.

No podemos negar que los pueblos necesitan cooperar con sus impuestos, contribuir económicamente para el bien de la nación, pero que se establezcan justos impuestos, que se graven las diversiones, los vicios, los grandes capitales, etc.

Es absurdo explotar a los infelices para sostener a los ricos.

Índice | Capítulo 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 | 32 | 33 | 34 | 35 | 36 | 37 | 38 | 39 | 40 | 41 | 42 | 43 | 44 | 45 | 46 | 47 | 48 | 49 | 50 | 51 | 52 | 53 | 54 | 55 | 56 | 57 | 58 | 59 | 60 | 61 | 62 | 63 | 64 |
Libro en: Word |Texto | Pdf | Audio | Epub | Zip