Prometeo

Prometeo trayendo fuego. Jan Cossiers. 1637

Prometeo, uno de los titanes creados por los dioses, cuyas actitudes, frecuentemente parece como si desafiaran a sus mismos creadores, los dioses, ya que como eran titanes, una grandeza en ellos los identificaba. Prometeo tenía la facultad de entrar y salir a las regiones del Olimpo; es decir, a las diferentes secciones o dimensiones superiores: astral, mental, causal, del alma y del Ser. Siendo que la mitología griega representa de alguna forma muchos aspectos internos del ser humano para su autoconocimiento y liberación interior, la historia de Prometeo, es una de éstas.

A la luz de la antropología gnóstica, podemos interpretar que Prometeo ha sido una creación de los mismos dioses y que éste mismo viene a manifestarse en los seres humanos como algo grandioso, es decir, como esas facultades inherentes al ser humano con las que puede indagar y conocer las dimensiones superiores.

Se dice que, en cierta ocasión, los seres humanos que otrora gozaran de dicha y conciencia, debido al mal uso del fuego sagrado, lo perdieron y el afán desafiante del titán Prometeo, que yace dentro del ser humano, prometió a los hombres recuperar ese fuego divino. Esto es semejante a los misterios de la supra sexualidad, y a esa facultad que tiene el ser humano de transmutar el fuego sexual en conciencia.

Se dice que, en cierta ocasión, aprovechando un descuido del Dios del Sol, Helios, Prometeo logra robar ese fuego y entregárselo nuevamente a los seres humanos, gracias al cual, ellos podrían nuevamente, utilizando el fuego divino, iluminar todas las regiones de la Tierra.

Compréndase que la Tierra es la representación de nuestra propia naturaleza humana y que el fuego divino es con el que se podrían iluminar los estados del inconsciente, subconsciente, así como el supra consciente o conciencia despierta, para iluminar y rescatar la sabiduría haciéndola propia. Esto conllevaría a que todo ser humano tendría la oportunidad de llegar a convertirse en un hombre superior o auto realizado, que disfrutaría de la dicha, de la felicidad en las dimensiones superiores, como era en un principio, antes de perder el fuego sagrado. Y que, en esa travesía, estaría guiado por el Prometeo interior, personificado por el jaguar entre los mayas, que así mismo representa esa psicología revolucionaria y la capacidad o sagacidad del tigre para auto observarse en todas las situaciones de la vida, venciendo las pruebas, venciendo las situaciones adversas de la vida, resolviéndolas con sabiduría, equilibrio y entendimiento superior.

Prometeo encadenado. Jacob Jordaens. 1640

Obviamente las situaciones adversas de la vida, podrían parecer que están en contra del desarrollo humano; sin embargo, es ese mismo gimnasio psicológico de lucha y de batalla en el que se vence a las tentaciones, en el que se vence a la ignorancia, en el que se vence al Ego.

En síntesis, podemos decir que Prometeo es el mismo tentador, que parece enfrentar al Ser, pero que es la misma proyección del Ser para nuestro desarrollo en este mundo. Como mencionara el V. M. Samael Aun Weor: “lucharemos con nuestro entrenador psicológico”, el que nos pone las duras pruebas en la vida para pasarlas, pero que sin su ayuda o manifestación, éstas nunca podrían ser vencidas.

Sobre todo, la máxima prueba que es la sexualidad, pues Prometeo quedó encadenado, como castigo, a una dura roca o piedra, que representa esa dura prueba. Lamentablemente, en el transcurso de la humanidad, el yo de la lujuria se ha ido complicando, y el ser humano ha quedado encadenado a esa baja pasión, a esa “piedra”. A Prometeo, de la roca lo libera el hijo de Zeus, Hércules, quien con una flecha, derriba el águila que diariamente carcomía su hígado cuando estaba encadenado, sufriendo lo indecible porque al ser inmortal, renacía cada mañana. Así es como la pasión devora las entrañas del ser humano perpetuamente; sin embargo, se puede liberar con el trabajo de nuestra conciencia Cristo, que es nuestro Hércules interior, con las flechas de la conciencia, del auto conocimiento. Siempre es premiado el anacoreta que trabaja internamente, de hecho, Zeus levanta el castigo de Prometeo al ver que su propio hijo, Hércules, es quien libera de las bajas pasiones al ser humano.

Ismael Moreno Luna. Comisión Calmécac

"Aunque un hombre, venza mil veces en batalla a otros mil hombres, quien se vence a sí mismo es el mayor guerrero." Dhammapada

Imagen: Prometeo trayendo fuego. Jan Cossiers. 1637. Imagen 2: Prometeo encadenado. Jacob Jordaens. 1640

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