El Castillo

El Castillo o templo de Kukulkan

Conocida también como pirámide de Kukulkán. Este extraordinario monumento se caracteriza por nueve plataformas y un templo en su parte superior, que podríamos decir que ésas representan los nueve meses que pasa el hombre en el vientre de la mujer para lograr su gestación y nacimiento, una alegoría de las fuerzas espirituales que pueden llegar a manifestarse en el ser humano durante un periodo determinado para alcanzar más adelante un nacimiento espiritual. Obviamente, el número nueve está relacionado con el llamado trabajo con la novena esfera, que en la Cábala se denomina el mundo de Jesod o el mundo de la supra sexualidad, una sexualidad equilibrada, ya que la energía creadora está relacionada con la facultad de generar y dar la vida.

La frase “tal como es arriba es abajo”, alude al caos cósmico y a las nueve esferas de manifestación para dar origen a esta creación. Para ascender hasta el templo superior hay cuatro escalinatas o escaleras, una por cada lado de la pirámide, en cuya parte trunca está el templo. Por las escaleras que se encuentran hacia el oriente, dos cabezas de serpiente se hallan en su base. Juego extraordinario de luces y sombras se presentan en los equinoccios de primavera y otoño, en el momento en que aparece el Sol. Las sombras van conformando el cuerpo de la serpiente que parece ir descendiendo hacia la tierra representando cómo las fuerzas astronómicas y espirituales fecundan la conciencia de los seres humanos de ideas revolucionarias y de cambio, así como todo fruto, árbol y semilla de la naturaleza.

Trono de jaguar en el interior del Castillo

En el interior se encuentra la magnífica escultura de un jaguar rojo o tigre, representando el elemento fuego y la sabiduría, los cuales advienen al ser humano cuando permite que la influencia del ser interior profundo se manifieste en su personalidad física durante el diario vivir.

Otras tantas construcciones internas se hallan aún sin develar; sin embargo, su superposición, una sobre otra, representa los diferentes vehículos internos que puede desarrollar el ser humano, como un cuerpo físico con facultades superiores, una conciencia plena en el mundo onírico o mundo de los sueños, conciencia total en el mundo mental o de sus pensamientos y conciencia absoluta en el mundo de las causas o toma de decisiones del ser humano. A estas derivaciones se les conoce como cuerpos superiores de conciencia.

En síntesis, diremos; ¡Aprovechemos las fuerzas con las que nos influye nuestro Ser interior profundo para revolucionarnos internamente y alcanzar los estados superiores de conciencia!

Enviado por F. Ismael Moreno Luna. Comisión de Calmécac ICQ. San Luis Potosí, S.L.P.

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