Una Experiencia con Fe

Imagen: “El temperamento Melancólico” Hendrick Ter Brugghen, 1588

Uno de los obstáculos más grandes a los que se enfrenta el estudiante gnóstico y por el cual no avanza en estos estudios, es la falta de experimentación mística.

La gnosis es eminentemente práctica y vivirla se hace necesario si es que en realidad queremos trascender el estado actual en que nos encontramos, para esto se requiere llenarnos de fuerza, necesitamos de un impulso constante que nos lleve a tener continuidad de propósitos.

Es urgente el estudio, el análisis y comprensión de algunos yoes que nos impiden tener éxito en nuestras prácticas, entre ellos podemos mencionar “La pereza” y “el miedo”.

Luchar contra la pereza mental y física para ponernos a practicar es fundamental para vivir internamente este conocimiento, la aniquilación de la pereza es necesaria al igual que el yo del temor, sabemos que el miedo a lo desconocido es parte del ser humano.

Estos defectos deben ser comprendidos, a través de la meditación y no desconocemos que su desintegración se hace posible suplicando a la divina madre Kundalini en forma vehemente, ella eliminara tales defectos.

Realizar las prácticas para meter el cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión es necesario, nadie podrá dominar la ciencia Jinas con el simple hecho de desearlo, anhelarlo, se requiere la praxis si en realidad queremos cargar con nuestro cuerpo a la cuarta vertical.

Otro aspecto no menos importante que debemos tomar en cuenta a la hora de hacer nuestras prácticas es la “FE”. El maestro Samael nos da un ejemplo de cómo con mucha “FE” se logra salir victorioso a la hora de hacer nuestras prácticas “También puede evidenciar que lo principal es la FE; Por esto: en cierta ocasión estábamos nosotros en casa, en un pueblo de clima cálido, por lo tanto, ahí la maestra Litelantes se acostó en su lecho y yo me acosté, sencillamente, en el mero piso, (ni siquiera “estera”, porque el calor era insoportable)”.

 Continúa el Maestro: “Quería recibir algo de frescura en el piso. Ustedes saben que en tierra caliente es así, en climas muy cálidos, busca uno el piso y consigue algo de frescura. Bien, me dedique a mi trabajo de concentración: vigilando el sueño cuidadosamente y aprovechando así que surgieran los primeros detalles de sueño, para poder levantarme y agarrar la cuarta vertical. La maestra Litelantes me observa desde la cama, pues esta despierta.

Yo no agarre completamente el “estado Jinas”, en ese momento, porque me faltaba sueño (o lo que sea), pero sí estaba lleno de fe. Me levanté del piso, en donde estaba acostado, y lleno de fe dije: “voy para la calle”. Cuando ella vio que iba para la calle (ni siquiera en “pijama” si no en “calzoncillos” y la “camisilla”, dijo: “Pero ¿cómo se va a levantar este hombre en paños menores y salir así a la calle?” entonces, inmediatamente se lanzó a la puerta: “¡Un momento!” ¿para dónde va usted? Pero como en ese momento estaba yo, pues, lleno de fe, abrí la puerta y hasta le di un empujón”.

El relato continúa: “Entonces abrí la puerta y salí, (enfrente había una cantina y la calle estaba llena de gente, porque no era tarde), ella dijo: “A este hombre lo va a agarrar la policía y lo va a meter al bote…. Si señor: salí. Ella se asomó, llamándome: “¿para dónde va, como se va a ir así?” yo iba para donde iba, lleno de fe, y eso es todo, De que podía, podía, porque tenía que poder; sencillamente, porque tenía que poder.... Caminé una cuadra y ella me estuvo mirando, hasta que a la cuadra me le desaparecí. A la cuadra di el salto, pero con una fe absoluta, y era tan tremenda la fe, que agarré la cuarta vertical y fui a donde tenía que ir (a cierto lugar). Floté por encima de aquella ciudad, aquel pequeño poblado, y me dirigí a donde tenía que ir”.

“Cuando ella vio que me desaparecía, dijo: “Voy a cerrar la puerta; y a este hombre, no sé qué le pasara”. Cerró la puerta, la trancó, era una de esas trancas antiguas (algo burdo, pesado)”.

“Al rato, como a la hora, ella se asomó y me vio otra vez acostado. ¿Cuándo yo regresé?, no importó que la puerta estuviera cerrada. Como venía por entre la cuarta vertical, atravesé la puerta. Así, con la puerta cerrada, la atravesé”.

“Pero fíjense ustedes como agarré el “estado de Jinas”: ni siquiera había sueño en ese momento, si no pura fe, nada más que una fe absoluta, sin una pizca de duda. Para hacer una cosa de esas, se necesita alguna de estas tres cosas: o estar en estado de éxtasis o embriagado por la sabiduría, o estar loco”.

Conferencia: “Dialogo entre maestro y discípulos sobre los “estados Jinas”.

De esta manera nos damos cuenta que la Fe viene a jugar un papel importantísimo si queremos tener éxito en nuestras prácticas Jinas, y no solo en esto sino en todas las prácticas al realizarse en estos estudios.

Ahora bien, no nos estamos refiriendo a una “Fe” ciega, dogmática. La “Fe” a la que hacemos mención es aquella que se obtuvo como resultado de una cultura intelectual esotérica adquirida y llevada a la práctica.

Es decir, necesitamos primeramente tener el conocimiento intelectual del esoterismo gnóstico y vivenciarlo a través de la practica constante, de esta manera estamos creando la “fe” tan necesaria para triunfar en nuestros anhelos de vivir internamente esta enseñanza.

Enviado por: José Armando Ortiz González y Juanita Ornelas

Imagen: “El temperamento Melancólico” Hendrick Ter Brugghen, 1588

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